En el universo lúdico y enigmático de Pedro Friedeberg, la “Mano Silla” se erige como un ícono del arte contemporáneo mexicano, una pieza que trasciende el tiempo y los límites de la funcionalidad para convertirse en un símbolo de introspección y asombro.
Cada línea, cada curva, nos invita a habitar lo extraordinario y a reconciliar lo cotidiano con lo surreal. En esta obra, el maestro Friedeberg nos recuerda que el arte no solo se contempla: se experimenta, se toca y se siente.
La Mano Silla nos acoge como un gesto de bienvenida al mundo interior del artista, donde lo espiritual y lo humorístico conviven en perfecta armonía. Es una pieza que dialoga con el espectador desde la ternura y la ironía, despertando esa emoción que solo el arte verdadero puede provocar: la de volver a mirar la realidad con ojos nuevos.
Déjate envolver por su encanto, su misterio y su genialidad.
En Capital del Arte, celebramos la magia de esta obra, que sigue inspirando generaciones con su elegancia y su irreverente belleza.

















